sábado, 4 de agosto de 2012

Se acabó lo que se daba

Tras mes y medio viajando por Noruega, me encuentro sentado en el aeropuerto de Oslo, a la espera de mi vuelo, que me llevará de vuelta a casa en unas 5 horas.


Ha sido un mes y medio muy intenso, en el que he podido remar más de 20 ríos diferentes, y varios de ellos repetirlos incluso más de una vez. He tenido la suerte de poder bajar algunos de los rápidos más conocidos en el mundo piragüero, como el Double Drop o el Tunel, rápidos que llevaba toda la vida viendo en vídeos soñando que algún día podría descenderlos yo mismo. Una pasada.

Al estar mucho tiempo por aquí he podido encontrar muchos de los ríos con los mejores caudales. Cuando llovía demasiado en una zona y los ríos iban demasiado pasados nos mudábamos a otra zona, donde sabíamos que los niveles eran más bajos, si donde estábamos los ríos empezaban a secarse nos desplazábamos allí donde estuviera lloviendo. De esta forma, he estado dos veces en la zona de Voss, tres veces en Sjoa, una vez en la zona de Telemark, otra en Valldal y otra en Oppdal. Todo un lujo.


Aunque durante todo el primer mes dormimos todos los días en el suelo y comimos en la calle (que no me quejo), las dos últimas semanas hemos sido más afortunados. A lo largo de nuestra estancia aquí hemos conocido a mucha gente y nos han invitado a sus casas. De esta forma estuvimos 5 días en Voss en casa (que más que una casa parecía un castillo) de una autóctona a la que conocimos durante la primera semana. Después nos mudamos a Oppdal, donde trabaja el australiano Adrian Kiernan (un gran kayakista que conocí aquí) y estuvimos varios días en su casa, remando todos los ríos de la zona junto a él y unos amigos suyos. Como los caudales empezaron a bajar decidimos volver a Sjoa, donde sabíamos que había más agua, y donde además yo tenía que coger mi tren de vuelta. Allí, como no, remando un río, conocimos a los kiwis Tom y Hamish, dos kayakeros y guías de rafting muy enrollados, que a cambio de unas cervezas y una buena barbacoa nos acogieron muy amablemente en su casa.
descansando en la mansión de Voss
¡como reyes! 
disfrutando de una comida en la terraza y del sol con mi amigo Gerd
Sobre Noruega poco puedo decir. El país una maravilla, los paisajes preciosos, los ríos una pasada, la comida y la gasolina carísima, el tiempo malísimo (de 45 días habrá llovido 40) y mucha chica guapa (aunque con carácter nórdico).


He remado muchos ríos, pero ha habido unos clásicos, como el Lower Rauma o el Teigdal, que no he podido remar, porque no hemos conseguido cogerlos con el buen caudal. Pero no importa, ¡así tengo una excusa para volver!
El grupo con el que he remado muchos de los ríos. De izquierda a derecha: Antoine Dupuis (francés), Corie (la chófer canadiense; y Reilly Edwards, Adrian Kiernan y Phil Gibbins (Australia)
Ahora toca descansar un par de semanas, e ir preparando las próximas carreras. A finales de mes iré a la República Checa a competir en la Devil's Race, segunda World Serie (o copa del mundo) que se lleva a cabo este año en Europa, y la siguiente semana competiré junto a mis amigos de Basque Indar Team en el RedBull Dolomitenmann. En medio tenemos el Campeonato de España de Eslalom en Ponts la semana que viene, donde volveré a reencontrarme con mi piragua de slalom, y donde podré felicitar personalmente a mis amigos Ander, Samu y Maialen, que según he oído no lo han hecho mal por Londres, ¿no? Vaya fieras.


Samu, Maialen y Ander. Tres fieras que han hecho muchísimo por nuestro deporte en tan solo 5 días
Aquí se acaba mi periplo por Noruega. Ahora solo espero no tener ningún problema en el Check In, porque con Rayanair siempre te llevas alguna sorpresa...
Hoy, a las 5 de la mañana, esperando al tren...
¡Hasta pronto!

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