Lo prometí y aquí está el
artículo sobre el río Foysse que descendimos en Noruega. Muchas cosas han
pasado desde entonces, cosas que me han tenido un poco alejado del kayak y sin
muchas ganas de escribir en el blog.
Pero vayamos por partes. El
río Foysse es un río de la zona de Otta. Esa zona es muy conocida por los
muchos ríos que allí se encuentran y por la variedad que tiene. Nosotros nos acercamos hacia allí impulsados por unas
fotos que habíamos visto sobre unas preciosas cascadas de la zona.
Pero una vez allí nos dimos
cuenta de que había demasiada agua para bajar las cascadas con seguridad. En
cambio, intuimos que en la parte superior a aquellas cascadas debería de haber
un río interesante, ya que el río era caudaloso y según parecía aun había mucho
desnivel hasta la parte superior del valle.
Por tanto, decidimos ir a
explorar un poco caminando por la orilla, y tras un par de horas de caminata
fuimos encontrando rápidos y más rápidos que se iban sucediendo en el interior
de un hermoso cañón. El cañón era profundo y nosotros caminábamos por arriba
debido a que era difícil poder llegar hasta el rio, pero desde allí arriba se
intuía que aquel río tenía muchas posibilidades.
Decidimos, por tanto, que el
siguiente día nos cargaríamos los kayaks al hombro y acometeríamos el descenso
de este prometedor río.
Tardamos unas cuatro horas en
poder llegar a lo que marcamos como la entrada al río. Pensábamos que la
caminata sería más corta, pero a medida que recorríamos kilómetros veíamos que
más arriba seguía habiendo más y más rápidos interesantes, por lo que había que
seguir.
Durante un merecido descanso en el ascenso |
El día era frío y el descenso
comenzaba en un lugar rodeado de nieve y hielo, por lo que todo el agua de
aquel río era de deshielo. Con todo el cansancio acumulado por la caminata y el
fuerte frío no fue fácil el comienzo, pero teníamos muchas ganas de remar, y
eso pesaba más que todo lo demás.
El descenso fue lento desde el
principio. Cuando no sabes nada de un río, cuando ni siquiera sabes si se ha
descendido alguna vez, has de parar a mirar todos los rápidos que te vas
encontrando en el camino. Esto se hace de una manera fluida, ya que nos íbamos
turnando y en cada rápido salía uno a mirar la dificultad del paso y a marcar
la línea para el descenso. Esto sumado a que queríamos grabarlo todo hacía el
avance muy lento.
Otamendi buscando una buena línea |
Eric en el "Face the rock" |
El río era precioso, algo
estrecho al principio, pero en seguida iba cargándose de agua a medida que
caían más y más arroyos hacia el cauce principal. Los rápidos de clase 3-4 iniciales
se fueron complicando y fueron apareciendo peligrosos y expuestos rápidos de
mucha dificultad a los que tuvimos que echarle bastante valor.
aquí la cosa empieza a ponerse seria |
Eric en la entrada de "La guerra" |
Yo en medio del rápido "La guerra" |
Un rápido que dejamos ahí para que lo haga el que vaya un día a repetir el descenso |
Tras 5-6 horas de descenso (a
las 10 de la noche) aun no habíamos terminado de bajar todo el río, pero
nuestros cuerpos decían basta. Sólo habíamos descendido unos 4-5 kilómetros de
río pero ya no éramos capaces de remar con seguridad, y empezábamos a cometer
más y más errores. Decidimos, por tanto, que lo mejor era abandonar allí los
barcos, descender al parking donde teníamos la furgoneta, descansar bien y
volver al siguiente día a terminar el río.
El tramo del segundo día era
más corto, y bien descansados pudimos afrontarlo con mucha más seguridad. Nos
quedaban aun varios rápidos interesantes, y aun con el recuerdo del día
anterior estábamos bastante intrigados de lo que nos íbamos a encontrar ahí
adentro.
"Salto bonito" del Foysse |
Al final fue un día más
relajado que el anterior y en unas tres horas pudimos terminar el descenso.
Como os podréis imaginar la alegría era grande, habíamos vivido un descenso de
tensión, de un auténtico río de clase 5 y pudimos solventarlo con éxito.
Yo personalmente lo viví con
especial emoción por la gente con la que lo había compartido. Jon y Paulo son
dos grandes amigos con los que he remado mucho, he compartido muchas aventuras,
pero este era su primer viaje a remar al extranjero, y compartirlo con ellos
fue muy divertido. Y además poder encontrar un río así para poder abrirlo con
ellos es muy bonito. Y para cerrar el equipo tener a Eric Deguil fue todo un
lujo, un doble campeón de la copa del mundo siempre es garantía de seguridad en
el río, y con el buen rollo que él tiene te alegra los días y los hace más
interesantes.
El team |
Tras terminar este río Eric
quiso bajar la última de las cascadas. Una cascada de unos 15m de no excesiva
dificultad pero con un buen marrón abajo, ya que después de esta cascada venían
varios infranqueables muy peligrosos. Por suerte todo fue bien y aun puede
contarlo.
Eric en la última cascada del río |
Este fue el último descenso de
Eric antes de su regreso a casa, y una vez nos hubimos despedido de él nosotros
nos marchamos hacia la zona de Sjoa.
Allí pudimos remar poca cosa,
ya que en uno de los ríos yo me hice daño en el hombro que tantos problemas me
está dando estos años, y allí terminó nuestro viaje.
Pruebas del homro en el hospital |
Ahora ya estamos de vuelta en
casa. A mí me toca recuperarme bien de la lesión y seguir entrenando para lo
que pueda venir. Pero estoy muy contento con el viaje que hicimos, remamos
mucho y muy fuerte, y eso te da ganas para buscar más proyectos. Estamos
creando un grupo muy fuerte y veo que mis amigos están remando cada vez mejor,
y eso ayuda de cara a poder hacer cosas más potentes en el futuro. Pero eso ya
vendrá, y ahora toca disfrutar del verano en Donosti, que tampoco está nada
mal.