Hace ya unos días que comencé mi nueva aventura por tierras Australianas. Tras un largo viaje de unas 45 horas, pasando por Madrid-Pekin-Sydney, por fin llegué a mi destino: Penrith.
Todo ha ido más o menos bien por ahora, exceptuando que mi piragua está metida en un frigorífico, para evitar que introduzca un alga asesina en el país, y lo que en principio iba a ser un día de espera, finalmente se ha alargado a una semana. Pero bueno, no worries, ya habrá tiempo de remar. Por lo demás, buen tiempo, buena gente y un gran canal.
Penrith está situado a una hora en tren al oeste de Sydney, en el este del país. Es un pueblo no muy grande en población, pero bastante extenso en superficie, porque gran parte de los barrios están constituidos por pequeñas villas, cada una con su jardincillo, que se extienden por kilómetros y kilómetros de calles iguales, una estructura similar a lo que podría ser un camping, donde es muy fácil perderse.
Por ahora no he hecho mucho que digamos. Estoy alojado en un “alberguillo” con literas, junto a otros tres Yankees que trabajan como guías de rafting en el canal, mientras busco una habitación en alquiler,.
He podido hacer ya un par de sesiones en el canal, para catarlo un poco, gracias a que Benoit Guillaume, un francés que también está entrenando aquí me ha dejado su piragua. El canal está muy bien, no es muy cañero, pero creo que es perfecto para entrenar, pues es bastante físico, ya que el agua no empuja tanto como puede empujar en otros ríos, lo que obliga a remar fuerte todo el rato. En la parte de arriba es bastante tranquilo, con contras muy bien marcadas, mientras que en la parte de abajo hay más caos de olas y rulos, y unas contras más peleonas. Para los freestylers esto es el paraíso, hay como 6 rulos y olas, muy chulas a lo largo de todo el recorrido donde me da que se puede sacar de todo.
El domingo me fui de excursión a Penrith. Había quedado con Jason, uno de los guías para ir con él, porque él quería ir a ver un show que montaba Red Bull, donde la gente se montaba un “avión” con lo que podía y se tiraba por una rampa al mar, intentando ser el qu más planeaba. Total, que no me entendí bien con él estuve esperando como una hora en la estación, y al ver que no aparecía, me fui solo a ver Sydney. La ciudad increíble, nada más bajarme del tren había un concierto country en el parque de delante del central station, luego crucé el centro con todas las torres que se alzan una al lado de la otra en lo que parece una competición de a ver quién llega más alto. En la bahía el Harbour Bridge predomina ante todo lo demás, bastante mayor de lo que me había imaginado. El opera house es increible por fuera, pero no pude acercarme mucho porque había unas MTV Awards, lo que estaba todo vallado desde
Después un Ultimate Double Whopper en el Hungry Jack’s, el Burger King Australiano, y vuelta pa casa.
En cuanto al inglés, por ahora ando tan perdido como un pulpo en un garaje, pero bueno, supongo que me iré haciendo. ¡o eso espero!
Nada más por aquí, espero poder poner algo sobre kayak cuando consiga recuperar la piragua. Mientras tanto me tendré que pegar unos baños en la piscina del albergue, que tampoco está mal.
Aquí un video de Benoit Guillaume entrenando en el canal:
Lasterarte
1 comentario:
hi mikel!!
it seems you are having great time in Aistralia, what fantastic pics!!!
pozten naiz dena ondo jutea momentuz ta lo dl kayac te pasa por tenerla tan guarra...a ver si la lavamos más a menuso jijiji
segi horrela ta jun kontatzen zure abenturak por tierras oceanicas!!
muxu pottolo!!
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