lunes, 26 de octubre de 2015

Plan de la expedición del Humla Karnali

Mucha gente me ha preguntado sobre el proyecto que tenemos entre manos en Nepal, porque es verdad que hasta ahora no habíamos dado a conocer demasiado.

El proyecto es ambicioso y muy motivador. Queremos remar el río Karnali, el río más largo y de más volumen de Nepal, desde casi su nacimiento, en el pueblo de Hilsa en las llanuras tibetanas, frontera entre Nepal y Tibet, hasta Chisapani, casi en la frontera con India. 

Serán en torno a 350km, comenzando a 3700m de altitud y terminando a 230m sobre el nivel del mar. El proyecto principal está centrado, como suele ser normal, en la parte alta de este río, donde se encuentran los tramos más difíciles, varios cañones de clase 5 continuo, en el que imaginamos nos encontraremos con numerosos infranqueables, y en el que esperamos no tener que portear demasiado.

Sabemos que el primer descenso de este tramo alto lo realizaron hace 15 años un grupo de americanos que estuvieron explorando los ríos de Nepal, pero no hemos conseguido mucha información al respecto, porque no publicaron documentación gráfica de la exploración, y no tenemos noticias de que se haya repetido desde arriba. Por tanto, nos da cierto respeto, porque en la descripción que hicieron del tramo dicen que hay unos cañones con rápidos muy complicados, pero nos tranquiliza saber que se puede descender por allí, ya que alguien ya pasó por allí antes.
Aun así, sabemos que el primer descenso lo realizaron en abril, con un caudal bajo y que con un caudal mayor todo puede cambiar y que las cosas normalmente acostumbran a complicarse. Aun así, queremos ver si podemos remarlo, pero seguro que nos llevará mucho tiempo mirar bien el río, para hacernos una idea real de lo que hay ahí adentro.

Los primeros 100km serán los más complicados, hasta la unión del Humla con el Mugu Karnali, y de allí en adelante todo se calma bastante, teniendo bastantes días de clase 3, pero de buen volumen que pinta muy divertido.
Ya hemos sacado los perfiles y parece que nos encontraremos con varios cañones de más del 20% de dsnivel, así que la cosa pinta bastante bien.

La mayor complicación llega por lo alejado del lugar, uno de los lugares más aislados de Nepal, al que tendremos que volar en avioneta y en el que la mejor manera de volver a la civilización es por el río. Calculamos que realizar todo el descenso nos llevará en torno a 15 días, ya que los primeros días nos costará mucho avanzar, pero después, a medida que la dificultad disminuya, imaginamos que el paso será más ligero.
Lo bueno es que parece ser que hay bastantes aldeas al rededor del río, lo que nos simplifica la logística, ya que suponemos  que en estos lugares podremos abastecernos de arroz y otros alimentos, evitando cargar con exceso de peso desde el comienzo de la expedición.

Nos apetece mucho poder realizar este descenso, una expedición en uno de los mayores tesoros de los Himalayas, y además documentarlo, poder tomar imágenes y enseñar los secretos de un lugar tan mágico como este.

Esa es la idea, ahora hay que ver si lo conseguimos llevar a cabo. Ahí está el reto.

Mañana salimos camino a Nepalgunj, y desde allí esperamos poder tomar una avioneta que nos plante en Simikot. Desde Simikot a Hilsa aun no sabemos cómo iremos. No sabemos si habrá opción de coger un jeep o si nos tocará caminar con porteadores, no lo podemos saber hasta que aparezcamos por allí. Pero de una manera u otra seguro que conseguiremos llegar, por eso vamos con margen.

No creo que tengamos opción de poder escribir nada a lo largo de la expedición, así que nos vemos  a la vuelta!

Aquí os dejo un pequeño mapa de la zona, para que os hagáis una idea, y por si alguien quiere kuxkuxear un poco más:

¡A cuidarse!

domingo, 25 de octubre de 2015

Madi y Modi. Dos buenos ríos al estilo nepalí

Otra vez más, estamos de vuelta en Pokhara, en nuestro particular campo base, donde aprovechamos para descansar y nos encontramos con todos los demás piragüistas para contarnos mutuamente las aventurillas de río.

Ya ha llegado Nacho, el cuarto integrante del equipo, y seguimos entrenando para el Humla, y la verdad es que poco a poco nos vamos sintiendo mucho más cómodos con todo.
Sabemos movernos mucho mejor en el transporte local y le vamos pillando el truco al país. Ya pasamos de viajar dentro de los autobuses y procuramos viajar en los techos, donde se va mucho más cómodo y seguro; controlamos más de precios, aunque sabemos que siempre acabamos pagando de más por todo; e incluso vamos aprendiendo algo de nepalí (nivel sub-básico), aunque aquí todo el mundo tiene un nivel de inglés más que aceptable.
El team sobre el bus, camino al Modi
En los últimos días hemos remado ríos ya más potentes. Primero el Madi Khola, un río sencillo de cuarto pero bastante continuo, y después nos fuimos al Modi Khola, el que ha sido, sin duda el río más potente y completo que hemos remado en Nepal hasta la fecha.
Este tuvo además mucho componente de aventura que los anteriores, ya que queda bastante alejado de las rutas clásicas y queda integrado dentro del Parque Nacional del Annapurna. Para llegar al río tuvimos que coger primero un autobús y luego un Jeep, lo que nos llevó un día completo hasta llegar a dormir a Landruk. Y el siguiente día aun tuvimos que portear los kayaks un rato largo hasta el put in, cruzándonos en el camino con bastante gente que estaba realizando el trekking del Annapurna.
Landruk, con el Annapurna al fondo
Nacho cruzando uno de los puentes camino al Modi
Una aldeana nos hace el baile de la buena suerte a nuestro paso.
El Modi Khola es un río de esos que una vez remado es probable que lo recuerdes toda tu vida, ya que el entorno es impresionante, y es muy intenso y continuo. No es excesivamente difícil y casi todos los rápidos se pueden hacer a vista, pero los rápidos se suceden sin descanso y hay que estar siempre ojo avizor para no tener ningún susto.

De hecho nosotros sí que tuvimos algún que otro susto y Asier en uno de los vuelcos terminó nadando y se dio un fuerte golpe que le dejó el hombro bastante tocado. Aun así pudimos terminar el río sin más incidentes.
Mino en uno de los primeros rápidos del río, con el Annapurna obervando a lo lejos
Una vez de vuelta en Pokhara nos hemos tomado el día de hoy para descansar y ver cómo evoluciona el hombro de Asier y a ver si se recupera bien.
Por ahora parece que la cosa va bien y que no era más que una fuerte contusión, por lo que mañana marcharemos hacia el Marsyandi, otro río de clase IV+, ya que a Nacho le vendrá bien remar un río más antes de ir al Humla.
Una vez volvamos de allí, en unos tres días, ya tomaremos rumbo hacia Nepalgunj, donde intentaremos buscar una avioneta que nos acerque a Simikot.

Ya veis que no comento mucho sobre el país, pero es que la verdad es que miramos mucho hacia el río.

El país nos sigue sorprendiendo, y me choca lo diferentes que es todo. Me alucina la falta de orden pero lo bien que viven en el caos; me sorprende que aquí nadie tiene ocio y que dedican todo el día a trabajar, aunque lo hacen con mucha calma; me flipa lo que tardan en servirte la comida en los restaurantes, que una cerveza cuesta más que una habitación para un día, que se pueda viajar de pie sobre el techo de un autobús, que las vacas coman cartón y que los columpios seas más grandes que las casas.

Agur!

martes, 20 de octubre de 2015

Namaste!

Aunque hasta la fecha no haya tenido demasiado tiempo para ponerme a escribir y rescatar fotos de las cámaras, hace ya una semana que estamos en Nepal.

El país me está sorprendiendo en todos los sentidos, y hasta ahora está resultando mucho más caótico y diferente de lo esperado.

Ahora mismo Nepal está sometida a un brutal bloqueo por parte de India por motivos políticos, por lo cual muchos productos de primera necesidad no están llegando al país, entre ellos, el que más nos afecta a nosotros, la gasolina, por lo que la gente tiene que hacer colas de hasta 3 días para poder llenar sus vehículos con algo de combustible a un precio desorbitado.
Paseando por Khatmandú
A esto hay que sumarle que es la época de "Happy Diwali", una fiesta religiosa hindú, comparable a nuestra navidad, en la que toda la gente se reúne en familia durante en torno a 10 días, por lo que todo el mundo está huyendo de las ciudades para acercarse a sus pueblos natales.

Eso hace que moverse por aquí sea tremendamente caótico y sobretodo, más costoso de lo habitual.

Los primeros días en el país los pasamos en Kathmandú, haciendo compras y aprendiendo a regatear con todos los comerciantes de la zona, y nos llevó más tiempo de lo esperado poder encontrar un autobús para poder salir de allí. Pero ahora ya estamos en Pokhara, donde hemos montado campo base en un pequeño Hostel.
Las vistas al "Pokhara Lake" desde el balcón de nuestro hostel
La idea ahora mismo es entrenar un poco en los ríos de la zona, ir haciendo salidas de unos pocos días para acostumbrarnos otra vez al formato de expedición e ir viendo exactamente qué llevar al Humbla Karnali, y de paso, cómo no, conocer los ríos de la zona.

Hace dos días volvimos de un pequeño viaje de tres días en la zona del Kali Gandaki, donde aprovechamos que había una pequeña expedición comercial que iba a hacer la parte baja de este río y nos sumamos al autobús. Una vez en la zona, cogimos dos autobuses más, donde viajando en condiciones infrahumanas en autobuses locales por pistas de montaña durante unas cuantas horas más, llegamos a un pueblo escondido en un pequeño valle camino al Dhaulagiri.
Foto de rigor en el comienzo del descenso del Myagdi Khola en Darban
Allí comenzamos nuestro descenso a través del Myardi Khola primero y el Kali Gandaki después. Dos ríos sencillos, de clase 3 con algún paso de cuarto, pero que permiten disfrutar de aguas bravas continuas durante mucho tiempo. Nos llevó dos días culminar el viaje, durmiendo en un precioso cañón en la mitad del río.
Mino frescatando a un niño perdido
Campamento en el Kali Gandaki
Hace un par de días regresamos de allí y ayer tuvimos un día tranquilo en el que a la tarde aprovechamos para ir a conocer el Upper Seti, un río cerca de Pokhara, también sencillo, pero bien divertido.

Ahora mismo estamos todos un poco resfriados y algo enfermos, así que nos tomaremos el día de hoy para descansar y mañana partiremos hacia el Madi Khola, un río ya algo más potente que nos llevará seguramente también en torno a dos días.

La verdad, es que el autobús local da pereza, porque a veces toca ir de pié en medio del bus durante unas cuantas horas, mientras la gente se deja caer encima tuyo en peso muerto, costando casi hasta respirar, muchos vomitan mareados y muchos suelen ir incluso encima del autobús, porque ya no queda más sitio adentro. Pero una vez llegas al río y a esos hermosos valles todo lo sufrido merece la pena.
Junto a Asier, sentados en el pasillo antes de que se fuera llenando
Seguramente en cuanto volvamos del Madi ya tendremos a Nacho por aquí, el cuarto integrante del grupo que viene un poco más tarde, y haremos un río más con él y partiremos después hacia el Humla.

Así que nada, a ver qué tal nos va estos días, ¡Que hay buena aventura por delante!

martes, 6 de octubre de 2015

Momento de reflexión tras el Adidas Sickline 2015

Ya estoy de vuelta en casa después de una intensa semana en Austria en la Adidas Sickline.

Mucha gente me ha felicitado por el resultado de la competición. He de admitir que en un principio estaba bastante frustrado conmigo mismo por haberla cagado de esa manera en la final ya que, teniendo en cuenta lo que cuesta llegar allí, me hubiera gustado haberlo hecho algo mejor. 
Pero siendo realista, he de estar contento; pude vencer a algunos de los favoritos en las rondas previas y en ambas mangas de cuartos y semis hice tiempos de top10.  En la final fallé, no sé por qué, pero perdí la línea y no fui rápido.

Hace tiempo que dejé de entrenar al cien por cien para competir, aunque siempre me haya encantado la salsa de la competición. En los últimos años me he dedicado más a disfrutar del kayak de otra manera, de disfrutar de nuevos lugares, de nuevas experiencias y de vivir nuevas aventuras. Estaba cansado de esa obsesión por intentar ganar a los demás, de pasarme horas y horas puliendo cosas técnicas en un mismo lugar, de querer ser mejor que los demás, de querer demostrarme que puedo ganar. ¿Por qué?¿Para qué?
Esta pasada semana he sentido esa sensación otra vez, de querer ser mejor, de querer pulir todas las líneas para ser más rápido, y hemos pasado horas y horas entrenando en el mismo tramo una y otra vez para intentar ser los más rápidos. ¡He ido hasta Austria y casi no he conocido más que el kilómetro de río en el que competíamos! Jaja. Pura obsesión.

Y no digo que haya estado mal, porque me lo he pasado muy bien, porque de vez en cuando está bien sacar esa vena competitiva, esa es la única manera de mejorar y hacer buenos resultados, pero está claro que no es lo que más nos llena a los que hacemos kayak extremo. Hay que saber relativizar la importancia que tienen las cosas, no darle demasiada importancia al ego de cada uno.

Cierto es que después de la operación de hombro y la rehabilitación que ha sido mucho más larga y dura de lo que esperaba en un principio, quería demostrarme a mí mismo que podía estar ahí, que podía volver a estar al nivel de antes, que podía volver a estar con los mejores, y ganarles. No sé por qué, pero sentía esa necesidad, no quería que las lesiones terminaran conmigo, quería demostrarme que al final era yo el que vencía.

Puede parecer absurdo y contradictorio, y es que hay algo de contradicción en lo que digo. Pero uno ha de ponerse retos para poder evolucionar, y cuando ves el futuro oscuro la esperanza de lo que vas a hacer es lo que hace que te sigas esforzando y sacrificando cada día. Siento que esta carrera la tenía marcada en el calendario como el comienzo de una nueva etapa, una etapa de luz tras las sombras del pasado.

Estoy contento, contento porque me siento bien, porque puedo volver a hacer lo que me gusta, porque he vuelto y además haciendo final, porque el domingo me voy a Nepal a explorar, a conocer cosas nuevas, a vivir nuevas experiencias y disfrutar con los amigos haciendo lo que más nos gusta. Porque por fin puedo hacerlo, y porque por un tiempo, hace no demasiado tiempo, pensé que no volvería a vivir estas experiencias de nuevo.

Por eso, me da rabia haber fallado en la final, pero más rabia me daría no haber llegado, más rabia me daría no haber podido competir y además hay que dejar objetivos para los próximos años, porque habrá que volver para intentar terminar el trabajo.

Aprovecho para felicitar a Gerd Serrasolses, mi amigo, el hombre de moda del momento en el mundo del kayak, todo un campeón del mundo, icono y casi leyenda, pero con los pies en el suelo. Un hombre que sabe lo que cuesta llegar ahí, que lo ha dado todo por mejorar cada día, pero que lo ha hecho de una manera pura y sana, disfrutando de cada momento pero sin despistarse en el camino, teniendo claros los objetivos y prioridades, empujando nuestro deporte siempre un paso adelante, y siendo un ejemplo para los que vienen por detrás.

Porque los que vienen por detrás son muchos y buenos y en esta Sickline hemos visto que en casa tenemos futuro, y del bueno. Que disfrutan del kayak igual que lo hacemos nosotros, y que además también pueden ser rápidos.
Por eso quiero felicitar también a Alberto, Iker, Paulo, Ian, Edu, Aleix y Dani, porque lo han dado todo y han tenido muy buenos resultados teniendo en cuenta lo jóvenes que son, y estoy seguro que pronto estarán también entrando en finales.

Y no quiero enrollarme más, que siento que ya me he confesado demasiado y ya veis que si me pongo no paro, y prefiero guardar energía para lo que se viene.

El domingo me voy a Nepal. Primero remaremos un poco en los alrededores de Katmandú y veremos todo lo que nos es necesario para irnos de expedición.
Después partiremos hacia el Oeste, donde la idea es remar primero el Karnali, desde su afluente del oeste, el Humla Karnali y después pasar al Thuli Bheri, en el valle de al lado, pero lejos, como todo en la cordillera del Himalaya.
Luego ya iremos viendo y os lo iré contando.

¡Espero que vosotros también tengáis buenos planes para los próximos meses!

Agur!

jueves, 1 de octubre de 2015

Comienza la Adidas Sickline 2015

Ya llevamos unos días por Oetz entrenando para la Adidas Sickline 2015. Hace ya tres años que no venía por aquí y este año hemos venido una semana antes para poder entrenar bien en el tramo.

La verdad es que ha merecido la pena, hemos estado entrenando como locos mañana y tarde todos los días y las sensaciones son buenas para la carrera.  El tramo está con poca agua y bastante sencillo, por lo que imagino que en esta edición los tiempos estarán muy apretados y la rivalidad va a ser máxima, viendo además que no falta ninguno de los mejores, habrá que estar muy finos.
El "Champions Killer", el crux de la carrera
Mañana comenzamos con las clasificatorias por la mañana, con dos mangas en el tramo bajo de la sección, un clase 2-3 en el que lo más dificil es el salto llamado "Champions Killer", que es el final del tramo de arriba. Y el sábado serán las finales, pero para eso primero habrá que hacerlo bien mañana.

Aquí os dejo un link por si queréis seguir el evento en vivo a partir del sábado:
http://www.adidas-sickline.com/live/

Fuerza y honor!