sábado, 9 de agosto de 2014

Río Foysse (Noruega). Un descenso muy intenso

Lo prometí y aquí está el artículo sobre el río Foysse que descendimos en Noruega. Muchas cosas han pasado desde entonces, cosas que me han tenido un poco alejado del kayak y sin muchas ganas de escribir en el blog.

Pero vayamos por partes. El río Foysse es un río de la zona de Otta. Esa zona es muy conocida por los muchos ríos que allí se encuentran y por la variedad que tiene. Nosotros  nos acercamos hacia allí impulsados por unas fotos que habíamos visto sobre unas preciosas cascadas de la zona.

Pero una vez allí nos dimos cuenta de que había demasiada agua para bajar las cascadas con seguridad. En cambio, intuimos que en la parte superior a aquellas cascadas debería de haber un río interesante, ya que el río era caudaloso y según parecía aun había mucho desnivel hasta la parte superior del valle.

Por tanto, decidimos ir a explorar un poco caminando por la orilla, y tras un par de horas de caminata fuimos encontrando rápidos y más rápidos que se iban sucediendo en el interior de un hermoso cañón. El cañón era profundo y nosotros caminábamos por arriba debido a que era difícil poder llegar hasta el rio, pero desde allí arriba se intuía que aquel río tenía muchas posibilidades.

Decidimos, por tanto, que el siguiente día nos cargaríamos los kayaks al hombro y acometeríamos el descenso de este prometedor río.

Tardamos unas cuatro horas en poder llegar a lo que marcamos como la entrada al río. Pensábamos que la caminata sería más corta, pero a medida que recorríamos kilómetros veíamos que más arriba seguía habiendo más y más rápidos interesantes, por lo que había que seguir.
Eric durante el porteo
Durante un merecido descanso en el ascenso
El día era frío y el descenso comenzaba en un lugar rodeado de nieve y hielo, por lo que todo el agua de aquel río era de deshielo. Con todo el cansancio acumulado por la caminata y el fuerte frío no fue fácil el comienzo, pero teníamos muchas ganas de remar, y eso pesaba más que todo lo demás.

El descenso fue lento desde el principio. Cuando no sabes nada de un río, cuando ni siquiera sabes si se ha descendido alguna vez, has de parar a mirar todos los rápidos que te vas encontrando en el camino. Esto se hace de una manera fluida, ya que nos íbamos turnando y en cada rápido salía uno a mirar la dificultad del paso y a marcar la línea para el descenso. Esto sumado a que queríamos grabarlo todo hacía el avance muy lento.
uno de los primeros rápidos del descenso

Otamendi buscando una buena línea
Eric en el "Face the rock"
El río era precioso, algo estrecho al principio, pero en seguida iba cargándose de agua a medida que caían más y más arroyos hacia el cauce principal. Los rápidos de clase 3-4 iniciales se fueron complicando y fueron apareciendo peligrosos y expuestos rápidos de mucha dificultad a los que tuvimos que echarle bastante valor.
aquí la cosa empieza a ponerse seria
Eric en la entrada de "La guerra"
Yo en medio del rápido "La guerra"
primer salto del "motocross"
Paulo en el último salto del "Motocross"
Un rápido que dejamos ahí para que lo haga el que vaya un día a repetir el descenso
Tras 5-6 horas de descenso (a las 10 de la noche) aun no habíamos terminado de bajar todo el río, pero nuestros cuerpos decían basta. Sólo habíamos descendido unos 4-5 kilómetros de río pero ya no éramos capaces de remar con seguridad, y empezábamos a cometer más y más errores. Decidimos, por tanto, que lo mejor era abandonar allí los barcos, descender al parking donde teníamos la furgoneta, descansar bien y volver al siguiente día a terminar el río.

El tramo del segundo día era más corto, y bien descansados pudimos afrontarlo con mucha más seguridad. Nos quedaban aun varios rápidos interesantes, y aun con el recuerdo del día anterior estábamos bastante intrigados de lo que nos íbamos a encontrar ahí adentro.


"Salto bonito" del Foysse

Al final fue un día más relajado que el anterior y en unas tres horas pudimos terminar el descenso. Como os podréis imaginar la alegría era grande, habíamos vivido un descenso de tensión, de un auténtico río de clase 5 y pudimos solventarlo con éxito.

Yo personalmente lo viví con especial emoción por la gente con la que lo había compartido. Jon y Paulo son dos grandes amigos con los que he remado mucho, he compartido muchas aventuras, pero este era su primer viaje a remar al extranjero, y compartirlo con ellos fue muy divertido. Y además poder encontrar un río así para poder abrirlo con ellos es muy bonito. Y para cerrar el equipo tener a Eric Deguil fue todo un lujo, un doble campeón de la copa del mundo siempre es garantía de seguridad en el río, y con el buen rollo que él tiene te alegra los días y los hace más interesantes.

El team
Tras terminar este río Eric quiso bajar la última de las cascadas. Una cascada de unos 15m de no excesiva dificultad pero con un buen marrón abajo, ya que después de esta cascada venían varios infranqueables muy peligrosos. Por suerte todo fue bien y aun puede contarlo.

Eric en la última cascada del río

Este fue el último descenso de Eric antes de su regreso a casa, y una vez nos hubimos despedido de él nosotros nos marchamos hacia la zona de Sjoa.

Allí pudimos remar poca cosa, ya que en uno de los ríos yo me hice daño en el hombro que tantos problemas me está dando estos años, y allí terminó nuestro viaje.

Pruebas del homro en el hospital


Ahora ya estamos de vuelta en casa. A mí me toca recuperarme bien de la lesión y seguir entrenando para lo que pueda venir. Pero estoy muy contento con el viaje que hicimos, remamos mucho y muy fuerte, y eso te da ganas para buscar más proyectos. Estamos creando un grupo muy fuerte y veo que mis amigos están remando cada vez mejor, y eso ayuda de cara a poder hacer cosas más potentes en el futuro. Pero eso ya vendrá, y ahora toca disfrutar del verano en Donosti, que tampoco está nada mal.