martes, 25 de febrero de 2014

Todo el Bidasoa y hasta Donosti. Una buena prueba para la Patagonia

No hace falta irse muy lejos de casa para plantearse nuevos retos y desafíos. Cada rincón esconde tesoros ocultos y Euskadi no va a ser menos.

Con motivo de prepararnos para nuestra expedición de la Patagonia, que cada vez está más cerca, la semana pasada quisimos hacer un entrenamiento que nos pusiera un poco en situación de lo que será lo que allí haremos.

Para ellos nos plantamos el jueves por la mañana en Errazu, para comenzar un viaje en kayak que 90km después terminaría en Donosti.

La idea era comenzar bajo la cascada de Xorroxin, en pleno Baztán, que es nacedero oficial del río Bidasoa, pero el bajo caudal del río nos obligó a embarcar un poco más abajo, en el pueblo de Errazu, donde tampoco es que el caudal fuera para echar cohetes.

Pretendíamos comenzar temprano, pero la cosa se fue retrasando ya que nos costó mucho meter todos los bultos que necesitábamos llevar dentro del kayak. Como pretendíamos acampar en el camino para así realizar todo el trayecto en dos etapas, teníamos que cargar con las tiendas de campaña, cocina, comida, ropa... lo que complicaba bastante toda la logística. Queríamos hacer pruebas con todo el material que en principio llevaremos a la Patagonia, y menos mal que lo hicimos, ya que tenemos muy poca práctica en cargar los kayaks de trastos.


Una hora larga después de llegar a Errazu iniciamos el descenso. El comienzo fue lento por el poco agua y los muchos árboles que había cruzados en el río, pero poco a poco nos íbamos topando con afluentes hasta que a la altura de Elizondo el río se hizo apto para la navegación.

La corriente no empujaba mucho y nos encontramos con decenas de presas por el camino, lo que hizo que la navegación se nos hiciera muy pesada, y los 35kg que pesaba cada kayak tampoco ayudaban.

Al final, tras 8 duras horas de descenso, en las que recorrimos unos 55km, con la noche ya encima aterrizamos en el campo de slalom de San Miguel, donde montamos el campamento.
Allí terminaba la etapa de aguas bravas, y la mañana siguiente  nos montaríamos en kayaks de mar para dirigirnos hacia Donosti.

La noche fue amena, y no hubo más tocamientos de lo necesario en la tienda. La pasta al estilo Olano con rico queso fundido nos cargó de energías para la larga etapa que nos esperaba al siguiente día.

Es mucho más fácil cargar las cosas en los kayaks de mar, ya que están preparados con habitáculos para ello, por lo que esta vez no tardamos demasiado en entrar al agua.
Comenzamos rápido la segunda etapa, estos kayaks largos corren mucho y la verdad es que empezamos a devorar kilómetros con mucha fluidez. Pero la cosa se iba a torcer, y de qué manera...

Una vez empezamos a salir de la bahía de Txingudi, nos empezamos a dar cuenta de que no era el mejor día para navegar por el mar, y menos en la dirección en la que íbamos nosotros. Aunque el windguru marcaba olas de unos tres metros y un viento sur, el viento resultó entrar casi siempre de suroeste, teniéndolo siempre de frente con rachas de hasta 100km/h. Mortal.
Lo que en un principio se suponía una tranquila travesía de 38km, que pensábamos realizar en unas 4-5horas, terminó siendo una agónica y agotadora lucha contra viento y marea que se alargó, otra vez, hasta las 8 horas.  

Aparecimos una vez más casi de noche en Donosti, agotados pero muy satisfechos del trabajo realizado. Entrar en la Bahía de La Concha, anocheciendo, con un espectacular cielo rojizo y Donosti encendiendo sus farolas, fue un placer que pocas veces hemos podido disfrutar antes de esta manera, aunque hayamos crecido remando en esa bahía. Hemos visto ese paisaje muchas veces, pero cuando entras en la Bahía tan agotado, lo valoras y disfrutas mucho más.

Fue, sin duda, un buen entrenamiento para lo que nos espera en el hemisferio sur. Sufrimos, pero la distancia fue bastante mayor a la que tendremos que recorrer en cada etapa durante la expedición, y las condiciones tampoco ayudaron. Pero mejor así, porque sabemos que allí tocará sufrir, y cosas como éstas nos hacen más fuertes.

Nos quedan dos semanas escasas antes de que nos vayamos y ya nos está entrando el ansia. Queda poco, pero creo que estamos bien preparados, o eso espero... ¡El tiempo lo dirá!



1 comentario:

Anónimo dijo...

Aupa hi ! Nepaldik ere segitzen zaitugu... Zorte on ta eman egurra!
Guk, Bothe Kosi jetxiko dugu aurki.
Besarkada bat makinas !